martes, 9 de marzo de 2010

Ser o no ser... He allí el dilema

Advertencia: Este post es larguísimo y lo escribí, más que para que lo leyesen (nadie tiene porqué ser torturado con mi "perorata") para desahogarme, porque si no lo digo, exploto...

Ayer, gracias a la mejor herramienta de periodismo ciudadano que se ha inventado (Twitter) me enteré de que en Venezuela, despojaron a los padres de Valentina Quintero, periodista venezolana muy conocida por promover el turismo nacional cuya biografía pueden leer aquí y pueden visitar su página aquí) de su casita en el pueblo del Litoral Varguense Caruao.
Me entero porque Arianna, su "única hijita" como la misma Valentina le dice, publicó la historia aquí. La leí y no pude contener mis ganas de llorar por la tristeza, rabia y decepción que sentí de mis compatriotas.
Mariale cuando lee hechos de esta y peor naturaleza dice que "se avergüenza de la especie humana". Pues bien, yo no diré que por primera vez en la vida me avergoncé del gentilicio venezolano porque estaría mintiendo, he sentido vergüenza muchas veces antes, pero el sentimiento de ayer fue el más contudente.
Aún recuerdo la primera vez que yo sentí que probablemente tenía el gentilicio equivocado, fue cuando se publicó en Venezuela un estudio que afirmaba que los venezolanos eran los más felices, pues bien, allí me di cuenta de algo no andaba bien, porque yo, nacida y criada en Caracas, hija de padres venezolanos, sentía una profunda amargura de sólo salir a la calle y ver a mi ciudad cada día más sucia,con un creciente número de indigentes y "niños de la patria" (lo mismo que los "niños de la calle" pero con el nombre cambiado por el payaso que Venezuela tiene por presidente) y sintiéndome más insegura porque cualquier espacio como plazas, calles, bancos, restaurantes, cines, centros comerciales, autopistas, aulas de universidades y pare usted de contar eran el escenario perfecto para ser víctima de un atraco y -si se corría con suerte- salir con vida para contarlo. Definitivamente esa realidad no se correspondía con mi concepto de felicidad que es palabras más, palabras menos, un estado de ánimo armónico.
Tampoco me sentí "feliz" como el resto de los venezolanos del "estudio" cuando cerraron RCTV, ni cuando mediante Referendum Revocatorio, decidieron seguir con ese dictador / golpista de gobernante. Fue allí cuando empecé a escuchar en serio las opiniones de mi esposo, que insistía en que -por nuestro propio bien- debíamos irnos del país.
Pues ayer, al leer lo escrito por Arianna Quintero, yo no me sentí venezolana, porque si ser venezolano es buscar siempre la manera de saltarse las leyes y cuando las autoridades nos atrapan "in fraganti" hacernos las víctimas, gastarse todo el sueldo de una quincena un viernes en cerveza, creer que somos "más vivos" que el resto y "que nos la sabemos todas más una", apoyar a un gobierno que considera más "pueblo" a unos ciudadanos que a otros, creer que porque nosotros necesitemos más una propiedad que su dueño tenemos "derecho" a expropiárselo, haciendo mal uso de palabras como "dignidad" "justicia" y "revolución", entonces yo no soy venezolana...
Y de verdad, si un grupo de gente que se hace llamar "venezolanos" tuvo hace pocos días el descaro de maltratar y despojar de su hogar a unos ancianos, que con todo el esfuerzo invirtieron en comprar una casita para terminar de pasar allí sus días de vejez, señores venezolanos que parieron en esa tierra hijos como Valentina Quintero, que siempre se ha empeñado en mostrar el lado "bonito" de Venezuela por muy esperolada y golpeada que esa Venezuela estuviese, entonces yo no soy venezolana.
Porque si ser venezolano es ser un flojo que pretende que una parranda de asesinos (si asesinos, porque cometieron 2 intentonas golpistas en las que murieron soldados y civiles) le proporcionen todo a expensas de perjudicar los derechos de otros porque ellos son "el pueblo", pues me van diciendo en donde firmo para renunciar a la nacionalidad porque yo, ladrona no soy.
Y entonces, luego de llorar un rato e irme a dormir, como cada día salió el sol y recuerdo que si bien esa gente sin corazón ni valores que hizo lo que hizo a la familia Quintero (y a otras muchas lamentablemente) son venezolanos, también lo son gente espectacular como Mariale, Maru, Euchyta, Maie, Jose Erre y cientos más que no alcanzaré a nombrar y con gente de esa calidad humana, si se siente orgullo de ser venezolano y recuerdo a Rosana

"Si te roban del mapa del país de los sueños
siempre queda el camino que te late por dentro"

Si leiste hasta aquí mil gracias por tu tiempo paciencia y atención =o)

7 comentarios:

Maie dijo...

Tierra de nadie...o de bichos es en lo que han convertido a nuestro pais... yo lei la noticia en la prensa y me dio muchisima rabia tambien porque como dices si alguien no a escatimado en mostrar lo bonito de nuestro pais es precisamente Valentina Quintero. Pero ademas fue la sensacion de impotencia que me dio leer que ni siquiera las "autoridades" chavistas del lugar eran capaces de controlar a sus locos... es la prueba palpable de que si se siembra odio se recoge abuso, egoismo, salvajada y odio al cuadrado... asi como los 16 mil muertos que dieron su vida ante la violencia en las calles de Caracas el ano pasado...
El fin de semana en Belgica todo el mundo hablaba con horror de un atraco que ocurrio el viernes a las 2 de la tarde en plena calle en uno de los barrios mas adinerados de Belgica y que resulto en una senora muerta (UNA si)... las palabras de indignacion de politicos y civiles. La familia, las abuelas de Ludo super angustiadas... lasnuevas leyes y entidades que quieren desarrollar para atacar inmediatamente estos actos de violencia... todo esto por UNA senora muerta... no es que yo se indolente pero ante lo que se lee en prensa en Venezuela diariamente la verdad hasta exagerada me parecia la reaccion...y pensaba estarias los bichos de alla echandole la culpa a la tipa por no darle el carro a los delincuentes... en fin...disculpa lo largo pero es que el tema me indigna y me indigna hasta mi propia indolencia porque leer 16 mil muertes violentas en la prensa en un pais "democratico", "libre" y que no esta en guerra, ya ni siquiera me sorprende...

Maie dijo...

Lo de tipa no fue por irrespeto sino porque asi mismo lo dirian ellos...

Anónimo dijo...

Voy a decir una niñada, una inocentada, yo sé...

Yo nunca me he avergonzado de mi gentilicio! Aunque sí me avergüenzo de unos cuantos con los que me ha tocado compartirlo. Son dos cosas distintas.

Me avergüenza que en el mundo crean que un mequetrefe cobarde y rastrero nos representa a los venezolanos. Y digo "crean" porque él no me representa a mí, ni a ti ni a buena parte de la población.

Me avergüenza leer noticias de los lugares más remotos, en las que mencionan delitos de estafa, de fraude, de tráfico de drogas, de trata humana... y ver que hay venezolanos implicados.

Me avergüenza que la gente honesta que ha trabajado toda una vida en este país se vea despojada de lo que le pertenece, sólo por el afán de destrucción de cierta escoria que no merece ni respirar el mismo aire que esa gente honesta!

Me avergüenzo de esos que nos han hecho cuestionarnos nuestros sentimientos hacia la tierra en la que nacimos y crecimos.

Pero fíjate, me avergüenzo de esos venezolanos específicamente, me avergüenza tener algo en común con ellos, que es la nacionalidad; mas no de la nacionalidad como tal, no puedo, creo que nunca podría!

Porque avergonzarme de ser venezolana sería avergonzarme del oasis que construyeron los Quintero en Caruao, sería avergonzarme del concierto de Franco De Vita que disfrutaste hace unos días en Barcelona, sería avergonzarme de la arepa, sería avergonzarme de las madres solteras que crían hijos de bien en Petare y en Catia, sería avergonzarme del sonido de cuatro y bandola, sería avergonzarme del viejito sin dientes del kiosquito en Viento Fresco, sería avergonzarme del nudo que tengo en la garganta escribiendo esto y que últimamente sólo se hace presente cuando me pegan muy duro en lo que Guaco llamaría el "Sentimiento Nacional" (porque lágrimas no tengo, vos sabéis), sería avergonzarme de ti que eres un tremendo Kino que me saqué en la lotería de Blogger (en serio, le puedes preguntar a Euchy, que así te definí una vez)...

Así que te digo lo que le dije a Maru una vez que se estaba sintiendo como tú te sentiste ayer: sacúdete la tierrita, sécate las lágrimas y levanta la cara como sabemos hacer los venezolanos casi desde que nacemos, que si queremos hacer una Venezuela que nos dé muchas razones para estar orgullosos y no para avergonzarnos, tenemos que conservar el orgullo que hasta ahora nos queda.

PD: Mientras escribía el último párrafo el nudo dejó escapar UNA mísera lágrima!!! Es la primera del año y mira que me hacía falta!!! So, thanks!

Rosángela dijo...

Maie: Si, me imagino la alharaca que se debe haber armado por la muerte de la señora. Aquí hace unos días entraron en una casa a robar y también fue un escándalo. Algunos se hicieron de "la vista gorda" yo estaba indignada con esos que estaban tranquilazos... ¿Sabes porqué? porque en Venezuela no llegamos a estos altos niveles de violencia e inseguridad de la noche a la mañana fue un proceso en el que cada vez iba siendo víctima más gente y muchos se hacían los locos porque no era con ellos.
Entonces, la reacción de los Belgas NO es para nada exagerada, hay que deternerlos al primer intento (en este caso primer logro), porque sino, puede que se les escape de las manos y cuando quieran "agarrar el cacho por los toros" (como dizque intenta hacer Esteban), sea demasiado tarde.
No te disculpes por lo largo que blogguer es gratis y no cobra por la dimensión de los comentarios.
¡Besso para los 3!

Rosángela dijo...

Mariale: Si flaca, yo de verdad empiezo a entender que no me avergüenzo del gentilicio sino de que sea eso lo que comparto con esos "seres", porque gente no son, ni animales tampoco, porque hasta los animales respetan a los ancianos de su especie.
Y es verdad, yo JAMÁS podré avergonzarme de venezolanos como Uds. como Valentina que siempre habla de lo bueno de Venezuela, de Franco De Vita que siempre canta acerca de su placita de La Candelaria "al Norte del Sur" y menciona a Venezuela con ur orgullo que no le cabe aunque ya el no quepa en ella.
Imposible avergonzarse entonces de todo lo que mencionas, del polo margariteño, de la hallaca, el asado negro y el dulce de lechoza, de las polvorosas,del mango y la pomalaca, de Los Roques y Morrocoy, del majestuoso Ávila, de las gaitas, del joropo, de la Virgen de la Chinita y la Divina Pastora, de los estudiantes que salen a dar la pelea y a formarse aunque saben que están en un país que no les ofrece futuro -por ahora- y otra larga lista de cosas que pudiese amanecer enumerando.
No te preocupes flaca si se te salió sólo una lagrimita leyendo esto, las tuyas son concentradas y una equivale a un millón de las de una llorona como yo.

P.D: La lotería me la saqué yo porque con lo acidita que eres My Sheldon Woman aceptaste a esta medio Sheldon medio Penny ;o)
Te quiero un mundo flaca.

Angelo dijo...

Hace unos años leí unas declaraciones de Jaime Bayly (el mismo que hoy por hoy pretende ser presidente del Perú) que era absurdo pretender que alguien amara su país natal ya que era algo que uno no podía escoger, que así como nadie lo podí obligar a querer a sus padres, muchos menos a su patria. Que en todo caso el amaba era a sus hijas. Confieso que en ese momento estab tan asqueado de la podredumbre que me rodeaba que me sentí identificado con lo de no poder ser obligado a mar la patria.

La distancia y el tiempo me han ayudado a ver las cosas en perspectiva, justo hace unos días recordaba que durante mi vida escolar participe en cuanto acto escolar fuese posible participar, que en más de una ocasión me vestí de camisa blanca, pantalon kakhi arremangao' y alpargatas, para bailar el sebucan, el tamunangue y la burriquita. Que canté aguinaldos y villancicos en navidad, que iba a las patinatas en los proceres (sin miedo a que te atracaran en las narices de la policía militar) y a misa de gallo. Que pertencí a la sociedad bolivariana de mi colegio, orgulloso de cuidar la sección de historia de Venezuela de la biblioteca y memorizando pensamientos del libertador para recitarlos los viernes después de cantar el himno nacional (que nerd no?).

Pensando en eso entendí que si quiero a Venezuela, se que es una utopía, pero quiero a mi Venezuela, el Oasis que encontraron mis abuelos en los años 50 mientras escapaban de la hambruna que padecía sicilia despues de la 2da Guerra Mundial. Quiero a la Sultana del Avila (Guaraira Repano mis cojones), la de los techos rojos donde mis padres se enamoraron en los 70.

Esta vaina en la que han convertido hoy a la "pequeña venezia" (el carajo no tenía ni idea que detrás de lso palafitos en del lago de maracaibo se escondían cas 1MM de km2 de bellezas naturales), lo siento pero no la quiero y si eso me hace un mal agradecido, pues un mal agradecido seré. Me niego a criar a mis hijos y que al mandarlos a la escuela los adoctrinen que les metan el shampoo Cristobal Colón fue un criminal y que Maisanta y Zamora fueron unos héroes, etc. No quiero ver crecer a mis hijos en una carcel, con internet y direct tv pero carcel al fin, porque una ciudad donde mueren casi 20.000 personas al año no es un lugar como para que unos niños jueguen. Al menos eso pienso.

En cuanto al gentilicio, en mi condición de auto-expatriado, he vivido etapas, no es fácil gritarle al mundo que eres venezolano, cuando recuerdo a los venezolanos gritándome que me regresara a "mi país". Sin embargo, ultimamente en encontrado el sosiego suficiente para decir, con la frente en alto, que soy venezolano (la mayoría de las veces tengo que explicar que eso queda en América del Sur) y de hecho me alegro de tropezarme de vez en cuando con algún paisano y que me pidan maní en el avión en vez de "cacahuetes" o que les sirva un güisquicito...

Angelo dijo...

Me disculpo por un error de sintaxis cuando dije "mis hijos" en el comentario anterior. Quería decir NUESTROS, mios y tuyos (con tuyos me refiero a la dueña del blog porsia...)
Princesa sabes que mi sueño es tenener hijos CONTIGO

TE AMO <3